Los enlaces químicos son el proceso responsable de las interacciones de atracción entre átomos y moléculas. Son importantes porque le confieren estabilidad a los compuestos químicos diatómicos y poliatómicos. Estas atracciones son explicadas por las leyes de la química cuántica.
Un enlace químico es, en pocas apalabras, la fuerza existente entre los átomos una vez que se forma un sistema estable.
¿Para qué sirve?
Los enlaces químicos sirven para formar moléculas, cristales, metales y gases diatómicos. Todas estas sustancias forman parte del ambiente físico que nos rodea y por supuesto, están unidas mediante enlaces químicos.
Los enlaces químicos determinan las propiedades físicas y químicas de la materia.
En los enlaces químicos las cargas opuestas se atraen porque al estar unidas adquieren mayor estabilidad. Esta situación suele darse cuando los electrones que poseen los átomos en su capa de valencia son igual a 8. Esta estructura coincide con la de los gases nobles. Los enlaces químicos pueden ser covalentes o iónicos.
En los enlaces covalentes, uno o más electrones son compartidos entre dos núcleos atómicos con el fin de vencer la repulsión de los dos núcleos cargados positivamente.
En el enlace iónico, el electrón no se comparte sino que es transferido.
Existen muchos más tipos de enlaces dependiendo de las características de cada sustancia.
Importancia
La idea de los enlaces químicos es tan antigua como la del átomo. Ya Demócrito en su época, concebía la idea de los átomos unidos mediante “Ganchos”. Luego, más de dos mil doscientos años después, André Dumas (1843) y Walter Kossel (1916) propusieron los conceptos de enlace covalente y enlace iónico, respectivamente.
Los enlaces son importantes porque permiten que los átomos se agrupen en moléculas y estas a su vez, se agrupan entre sí, formando sustancias puras y compuestos.
Al conocer el mecanismo que rige los enlaces químicos, el hombre puede llegar a formar y separar sustancias. También nos permite determinar la energía de red del sólido y su estructura.
Además, el tamaño de los iones de un enlace rige sus propiedades en disolución.