Los hongos, un grupo de organismos eucariotas, se encuentran en un reino diferente al de las plantas, protistas y animales y su importancia radica en su relación con las plantas, pues sin ellos, estas no podrían soportar la sequía o la falta de nutrientes. Los hongos también son utilizados por el ser humano en la industria de los alimentos y las bebidas.
¿Qué son?
Los hongos pertenecen al reino fungi, un reino diferente al de las plantas, animales y protistas. Son organismos heterótrofos, se alimentan por absorción y tienen paredes celulares de quitina.
Se encuentran en hábitats diversos, pueden llegar a consumir productos orgánicos consumidos por el fuego, excrementos, pueden ser parásitos, pueden trabajar en simbiosis con las plantas y mucho más.
Algunos hongos son pequeños, viven en el suelo y como simbiontes de plantas, otros hongos y animales. Cuando fructifican pueden producir esporocarpos llamativos que usualmente conocemos como setas. Digieren externamente sus alimentos al secretar enzimas y luego absorben las moléculas disueltas durante la digestión, este tipo de alimentación se le conoce como osmotrofia.
Toman nutrientes orgánicos, son los descomponedores primarios de la materia orgánica muerta y su papel ecológico es importante en los ciclos biogeoquímicos.
La biodiversidad de los hongos es superior al de las plantas basculares, el reino fungi está compuesto por 69000 especies descritas, aunque se estima que existen cerca de 1,5 millones y puede llegar a los 3 millones si se consideran asociados a los insectos.
Importancia de los hongos
Los hongos tienen una gran importancia económica para el ser humano, las levaduras son las responsables de fermentar cerveza y pan. También se comercializan, recolectan y cultivan setas como trufas y champiñones.
Algunos actúan como agentes de biocontrol de plagas. Algunos pueden producir compuestos conocidos como micotoxinas, estos compuestos bioactivos pueden ser tóxicos.
El 80% de las plantas vasculares están asociadas a los hongos, sin ellos, no podrían resistir las inclemencias del tiempo como la falta de nutrientes en el suelo o la sequía. La ausencia de hongos puede hacer que las plantas sean mucho más sensibles al ataque de insectos y bacterias. Según estudios, casi todos los géneros vegetales, con excepción de crucíferas y leguminosas, están asociadas a un tipo de planta.
Estudios realizados sobre el Silúrico, Pérmico y Carbonífero demostraron que la colonización de la tierra por las plantas fue posible gracias a los hongos, estos, se instalaron de forma simbionte en las raíces de plantas primitivas y les ayudaron a obtener agua y los minerales que se obtenían con mayor facilidad en los océanos.
Los líquenes suelen ser estudiados como bioindicadores de la salud ambiental de un ecosistema. Los líquenes están formados por una exitosa colaboración entre los hongos y las algas.
Los hongos que se encuentran asociados a los insectos facilitan que estos encuentren alimentos de mayor calidad. Un ejemplo es el hongo que ayuda a las terminas subsaharianas. Este hongo permite a las termitas alimentarse de los azucares que metaboliza de los restos vegetales que le ofrecen.
Otros hongos parasitan plantas débiles y causan enfermedades, mientras que otros, pueden combatir estas infestaciones con gran eficacia.